Los arquitectos Fernando Abruña Charneco y Margaret Musgrave (creadores de La Casa Ausente) nos explican su más reciente diseño «Mi Casa Resistente», en la comunidad del Caño Martín Peña.
En este modesto proyecto matrimoniamos el espacio interior con el exterior. Se trata de unas modestas viviendas que desarrollamos (vía un concurso nacional de diseño) para los afectados por el huracán María en las comunidades del Caño Martín Peña en Puerto Rico. Esta pequeña unidad, ubicada en Barrio Obrero, de dos habitaciones, expandible a tres, es de 528 pies cuadrados (49 m.c.) de área techada y es un buen ejemplo de lo agradable que puede ser un espacio construido en armonía con el exterior. El espacio techado está suplementado con un patio interior de 390 pies cuadrados. (36 m.c.).
La casa cuenta con una cisterna de 500 galones de agua potable alimentada por la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados. Además, cuenta con una cisterna para la cosecha de aguas de lluvia de 200 galones, y un inodoro de composta que convierte el excremento en abono y no utiliza agua. Un segundo inodoro de alta eficiencia, el fregadero y el lavabo llevan el sello «Water Sense» de la EPA (Environmental Protection Agency).
La casa está techada con material aislante que reduce el paso del calor al interior. Además de su conexión a la red de la Autoridad de Energía Eléctrica, cuenta con la infraestructura necesaria para, en un futuro, poder instalar un sistema fotovoltaico con baterías. La casa está dotada también de una planta de emergencia solar que permite operar la nevera de forma continua y algunas luces y abanicos en caso de algún evento catastrófico como el ocurrido en Puerto Rico luego del paso del huracán María en el 2017. Todas las lámparas son del tipo LED y los enseres y abanicos están rubricados «Energy Star».
El mágico espacio que logramos desarrollar en esta modesta vivienda conecta de forma muy sencilla el área de cocina/comedor/sala con el patio interior. La casa es muy fresca e iluminada de forma natural gracias a la extensa cantidad de ventanas de celosías operables que se extienden desde el plafón, casi hasta el piso, y los montantes de vidrio en su parte superior.
Cuatro puertas de celosías operables abonan a la entrada de luz natural aún cuando las celosías están cerradas para lograr protección contra la invasión de aguas de lluvia con viento. Al plegarlas hacia afuera logramos un hueco con un ancho de 12 pies que permite una conexión visual y funcional entre los espacios interiores y exteriores. Una pérgola en el patio acentúa dicha conexión.
Usamos, además, materiales y pinturas de pocas o ninguna emisión de compuestos orgánicos volátiles para mejorar la calidad del ambiente interior. Completamos la atención al aspecto de salud de la casa utilizando lámparas de color amarillo cuya frecuencia ayuda a mitigar la presencia de insectos sin el uso de insecticidas dañinos al ser humano.